La Maldicion de Poltergeist

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La película que aterrorizó a toda una generación en los años ’80 tiene una inexplicable y terrible maldición. Todos quienes participaron en ella murieron trágicamente.


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No son pocos los casos de películas o filmaciones donde, extrañamente se ven y sienten casos paranormales. En Chile, la versión de la Quintrala, fue emblemática en este sentido. Pero hay un filme que se consolidó como una verdadera maldición para todos ellos que trabajaron en él: Poltergeist.

Esta película, dirigida por Tobe Hooper y estrenada en 1982, contaba la historia de una familia que se trasladaba a una casa nueva e ‘ideal’ donde diversas y diabólicas apariciones comenzaban a aterrorizarlos. Fue tal su popularidad que se filmaron dos secuelas más, una en 1986 y otra en 1988.

Pero la verdadera historia de terror no fue la que se vio por las pantallas, sino el que se fue gestando tras ella, entre varios actores que participaron en ella. Se dice que muchos murieron súbitamente, luego de participar en ella.

Todo comenzó cuando se supo que la actriz Dominique Dunne, quien personificaba la hija adolescente de la familia., había sido asesinada brutalmente por su novio, aparentemente a “causa de celos”.

Luego, el imponente actor de origen indio Will Sampson, que había trabajado en “Atrapado sin salida” (1975), y que encarnó a un chaman con poderes curativos en Poltergeist II murió de un cáncer fulminante a penas terminado el rodaje.

Y eso no es todo. Julian Beck, actor y fundador de la compañía teatral Living theater, que en la segunda parte encarnaba a un maléfico sacerdote, fue hospitalizado al terminar el rodaje en una clínica de Los Ángeles, y se vio atacado por otra misteriosa enfermedad, que origino su deceso semanas después.

Incluso se pudo comprobar que otros miembros del equipo técnico y artístico, fallecieron a poco de finalizar los últimos rodajes de la saga.

Carol Anne y su maldición

Pero quien felizmente parecía haberse salvado de la ‘maldición’ era la niña actriz Heather O’Rourke, quien encarnaba a Carol Anne, pequeña con voz inocente y rostro angelical que advertía “Ya están aquí” al momento en que los fantasmas aterrorizaban.

La niña actriz había comenzado su carrera cinematográfica de manera casual. Su hermana mayor grababa en los estudios de MGM y ella, de cinco años, le acompañaba en los descansos. Steven Spielberg, quien escribió el guión de Poltergeist, la vio y la reclutó de inmediato.

Tras varias pruebas de cámara, donde la pequeña no convencía al resto del equipo, casi fue desechada. Pero Spielberg, convencido de lo que veía insistió y tomó a la pequeña y le hizo ver una serie de historias de terror, que hicieron efecto en la pequeña. La presión extrema y la exposición a duras historias hicieron que la pequeña realmente gritara y llorara de horror. Así pasó la prueba, logró consolidarse como un símbolo del filme y participar en las tres entregas.

Pero la brillante carrera de la niña se enfrentó de lleno con la maldición. Pocos días después de finalizar el rodaje de Poltergeist III, en 1988, se levanto con fuertes dolores, para luego fallecer en el hospital, con un fatal diagnostico: estenosis intestinal. Enfermedad tan extraña como repentina. Tenía 12 años. La maldición se cerraba con ella.